Para “funcionar” en el mundo mental en el que vivimos es muy importante estudiar y formarse. La primaria y la secundaria son imprescindibles en el camino de lograr ese funcionamiento, aunque por supuesto no son parte de nuestra educación sino de nuestra instrucción.
Luego puede surgir un oficio o uno puede decidir ir a la universidad. En ambos casos el objetivo es ser “alguien” valorado por la sociedad para poder insertarse en ella y así “funcionar” en el mundo. Ello nos permitirá tener un medio de vida. Claro que si además queremos “garantía de felicidad” la sociedad de la mente humana nos enseñó que tendremos que plantar un árbol, escribir libro, tener al menos un hijo y obtener dinero para poder adquirir los bienes que dan acceso a esa “felicidad”
Por supuesto que si tenemos la suerte de cumplir con todos esos cánones sociales es posible o muy posible que nos demos cuenta que logrando todo eso podemos estar contentos, pero no necesariamente ser felices.
Una de las razones de esa no felicidad es que nuestra mente confunde Ser con tener y en ese devenir nos lleva del pasado al futuro sin dejarnos disfrutar plenamente del momento presente. Nos pasamos la vida planificando lo que haremos en el futuro mientras nos perdemos el presente. Y más aún: solemos confundir nuestros planes de vida con la vida misma y es así como la mayoría de las veces vivimos ansiosos, preocupados y hasta enojados cuando lo que nosotros queremos que suceda no sucede. Todos en mayor o menor medida lo experimentamos diariamente.
Claro que, por el contrario, si logramos cumplir nuestros planes nos pondremos contentos. Sin embargo, inmediatamente nuestra mente generará otros planes por lo que esa alegría rápidamente se desvanecerá. Y otra vez vuelta a empezar. Este ciclo en lugar de llevarnos a la felicidad casi siempre nos lleva al sufrimiento.
Nosotros y la mente
Los seres humanos tenemos una mente pero no somos ella. No se puede ser y tener al mismo tiempo. Sin embargo, vivimos engañados por nuestro propio ego y seguimos a nuestra mente a donde quiera que ella vaya; es decir del pasado al futuro.
La mente humana puede ser una herramienta maravillosa pero es una pésima maestra ya que su único objetivo es tener razón. Pretender tener razón y al mismo tiempo ser felices es imposible.
La felicidad
Lo más importante que para poder ser felices realmente (es decir estar en un estado de bienestar y paz interior) es estar siempre “100% presentes”, “100% aquí y ahora”. Aunque resulte sorprendente esa es la manera que viven los perros y la principal causa por la que ellos suelen ser más felices que los humanos, obviamente si viven en condiciones adecuadas. La felicidad o estado de bienestar o paz interior está siempre relacionada con estar conectados con la vida tal cual acontece en el momento presente y no viviendo, como hace nuestra mente, en el pasado y en el futuro.
El sufrimiento
En general, los seres humanos no vemos las cosas tal como son sino como la mente cree que son. Es decir que mientras nuestros ojos miran, nuestra mente opina y juzga. Todo eso sucede al mismo tiempo. De este modo, lo que sucede se transforma en secundario prevaleciendo lo que nosotros opinamos sobre lo que sucede. Ese juicio sobre los hechos casi nunca es lo que sucede, sino simplemente nuestra opinión sobre ello. Un verdadero laberinto cuyo destino tarde o temprano es el sufrimiento.
¿Qué es Dogfulness?
Para aquellos que conocen el término Mindfulness (cuyo concepto proviene de tiempos de Buda) ya supondrán de qué se puede tratar. Para los que no conocen que es Mindfulness podría decir que el concepto de base es el siguiente: vivir el momento presente con atención plena. Y esa es la forma en la que habitualmente viven los perros!
¿Entonces Dogfulness es Mindfulness con perros?
No. Mindfulness consiste en prestar atención al ambiente, a los pensamientos y emociones, aceptándolos y no juzgando si son correctos o no. Podríamos decir que es un tipo de meditación o incluso una técnica que a veces se utiliza como terapia para disminuir la ansiedad y la depresión. De hecho en los últimos años el Mindfulness está integrándose a la medicina y psicología de la ciencia occidental.Dogfulness es un camino en el cual los perros no sólo nos enseñan lo que podemos aprender con el Mindfulness sino que además nos enseñan como actuar de una manera adecuada. Es decir, Dogfulness no solo es una técnica, es una forma de vida que nos abre la puerta para funcionar en el mundo y además ser felices.
De este modo los perros son grandes maestros para nosotros, ya que por un lado, nos ayudan a salir del pasado y del futuro (ambos sólo existen en nuestra mente) conectándonos con el presente y por otro lado, si observamos como actúan, podemos aprender mucho de ellos.
Por ejemplo, es habitual que las personas vean actuar a un perro en una situación complicada para él (por ejemplo defendiendo su comida o su territorio) y luego de terminada la acción perciban que el perro sigue su vida normalmente, sin quedar atrapado en la situación que había finalizado. Para los perros cuando una situación finaliza, simplemente termina y no se quedan “enganchados” en ella. Dado que ellos viven permanentemente en el momento presente es que pueden cambiar su estado emocional en un instante. Por el contrario los seres humanos, guiados habitualmente por nuestra mente, permanecemos en pasado y además preocupados por el futuro.
Maestros y Alumnos
Hay un proverbio zen que dice: Cuando el alumno está preparado el maestro aparece. Los perros son seres con gran sabiduría de vida y pueden ser nuestros maestros. ¿Parece imposible? Puede ser, pero en la vida muchas veces nada es lo que parece.
Dr. Claudio Gerzovich Lis
Médico Veterinario
Comportamiento Animal
Buenos Aires
Argentina
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